El mineral aún está caliente. Eso se nota en las calles donde aún es posible ver murales que resaltan la figura del minero de pico y sombrero. En la ciudad se respiran los aires que marcaron los días durante años en Lota. No es para menos, desde 1852 la zona conoció la explotación carbonífera comandada por Matías Cousiño y hasta hace pocos años era su principal sustento económico y laboral.
Sin embargo el brillo de los magnates de esa época quedó engarzado en los cerros, casas y parques que se mantienen como parte de la memoria histórica, tanto así como la oscuridad de los piques mineros y del trabajo feroz de los obreros. Ambas vertientes de una misma historia que hoy vuelven a resucitar convertidos en grandes atracciones turísticas.
Sin embargo el brillo de los magnates de esa época quedó engarzado en los cerros, casas y parques que se mantienen como parte de la memoria histórica, tanto así como la oscuridad de los piques mineros y del trabajo feroz de los obreros. Ambas vertientes de una misma historia que hoy vuelven a resucitar convertidos en grandes atracciones turísticas.
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